Una año más tuve la fortuna de acudir a la “Champagne Weekend 2017”, organizada por “Los chicos de á la volé”. Alvaro, Goyo, Manuel y Nacho.
Los que me seguís, sabéis que soy champagne lover, y desde que conocí á la volé, no me lo pierdo!
El vino es nuestra pasión, el champagne es nuestra debilidad
El equipo de á la volé, formado por cuatro chicos, que pese a tener su empleo, decidieron emprender la aventura hacia el mundo del champagne con su propia importadora de pequeños productores, llamados vignerons; todos ellos trabajan de forma orgánica y la mayoría de ellos se basan en la biodinámica, iniciativa divertida que está siendo ya un rotundo éxito.
El champagne evoca felicidad, lujo, celebración
Además organizan eventos como la ya conocida Champagne weekend. Es ya la tercera edición de esta, donde el objetivo primordial es deleitarte con la selección de vinos bien seleccionados por ellos en catas impartidas por grandes personajes del mundillo, además de compartirlo con amantes de este elixir, aprender y disfrutar de esta bellísima ciudad de Segovia y de su gente.
Importante comentar que las catas se realizan en diferentes y emblemáticos sitios de Segovia, un poco al estilo pop up.
Tras un precioso paseo, por la Alameda; desde el santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla y con privilegiadas vistas al Alcázar, llegué a la Real Casa de la moneda, donde la una vez más el experto en champagne y ya conocido tras asistir a diversas catas por España, Jordi Melendo, nos hizo pasear por los rosados que algunos discriminan… “La vie en rose” Lanson, Tattinger, Pommery Bourdaire, Ayala, L´allier y Laurent Perrier.
A continuación, Gil Conejo, el enólogo mexicano, nos deleitó con su historia y con los tranquilos vinos de champagne, Coteaux champenois, la esencia del Terroir Champanoise. Enhorabuena compatriota! Los vinos catados fueron: David Leclapart Coteaux Blanc, Lurquin Coteaux Pinot Noir 2015, Jean Baptiste Geoffroy Coteaux Meunier 2012. Larmandier Bernier Coteaux Rouge, Oliver Horiot Coteaux Rouge y Georges Remy Coteaux Champanoise.
Paralelamente había una cata de Histórica de Dom Perignon, impartida por Enrique García, uno de los grandes conocedores de los legendarios vinos clásicos del mundo, 6 añadas de Cuvee Prestige 1998, 1996, 1995,1985 y 1964 y DP Rosé de 2000 donde obviamente por horarios, no acudí.
Has visto la maravilla de actividades en una sola mañana?
Tras la comida en el Ingenio chico, Aurelien Laherte, fundador del grupo Terre & Vins se esmeró con la cata de “Vintage y Terroir” , las entradas a esta cata estaban agotadas; me quedé con las ganas de escucharlo.
Un ligero descanso y nos fuimos a Bubbles Music Party, a la antigua discoteca “La escuela” a moverse un poco con el concierto en vivo del grupo Bubbles Assemblage, donde por supuesto las burbujas seguían vibrando al son de la música ochentera.
Y a portarse bien, que al día siguiente las ponencias de expertos en la materia, nos esperaban.
En el antiguo monasterio de las oblatas, Juancho Asenjo, escribe en Mundovino, nos cuenta qué hay de similitud entre el jerez y el champagne, “De la craie a la Albariza”, entre ellos, Manzanilla Pastrana, Manzanilla Maruja Pasada, Fino La Barajuela 2013, Criadera A. Fino Alvear, Amontillado Harveys, Ulysse Collin Les Pierrieres 2013, Hure Frères Mémoire, Larmandier Terre Vertus 2010 y Valerie Frison Lalore.
Y para casi finalizar, una cata muy chula y muy vibrante, maridajes de quesos y champagne, de la mano de dos grandes y jóvenes expertos: David Robledo, Sumiller Restaurante Santceloni y Rubén Valbuena, de la quesería Granja Cantagrullas.
El maridaje fue sensacional, los champagnes fueron: Marguet Ambonnay 2010, de verdad impresionante!, Georges Laval Cumieres, Emmanuel Brochet Le Mont Violaine, Vouette et Sorbee Blanc d’ Argile y Benoit Lahaye Violaine con los quesos: Braojos, Granja Cantagrullas, Moluengo del maestro quesero José Luis Abellán, Cheddar 40 Cantagrullas, Puigpedrós de Molí de Ger, queso de Antaño de Ramón Lizeaga.
El colofón fue la comida en el restaurante Villena, con una estrella Michelín, donde el chef Rubén Arnanz, nos deleitó con sus creaciones y como es habitual en estos eventos de á la volé, se va de sobaquillo, así que hubo vinos para dar y tomar, además de interactuar, es una estrategia divertida y enriquecedora, sobre todo por el mero hecho de conocer personas encantadoras y buenos vinos.
Lástima que si no corría, me dejaba el tren, literalmente, así que me guardo secretos para el próximo año.
Un placer como siempre “chicos de á la volé” …
Y a todos y cada una de las personas con quienes compartimos copa y mesa, volveré!
Noviembre de 2017