Teléfono

981 078 914

Clasificación

Precio/servicio

Bodega

Cocina

Dirección

San Andrés 109, bajo, La Coruña

Estrellas gallegas

Y sigo visitando estrellas por Galicia, Árbore da veira,  era uno de los sitios que tenía anotados para el 2017,  recomendación de Marta Guadaño de Gastroeconomy, y de muchos foodies que prefieren mantenerse en secreto, pues  misión cumplida; pero ojito, la lista de espera es larga; así que te recomiendo que vayas reservando porque te va a gustar!

Te pongo un poco en antecedentes, Luis Veira, chef de Árbore da veira– de aquí el juego de palabras-  fue el antiguo  jefe de cocina del restaurante Alborada cuando este obtuvo su estrella. Actualmente es propietario de Árbore  y desde el año 2013 obtuvo su propia Estrella Michelín y bien merecida!

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“Nosotros todo lo que hacemos es jugar con la comida”,  comenta Luis Veira

El restaurante, está en una zona muy céntrica de La Coruña, el local es pequeño con cinco mesas  en plan rústico, diseñado por el estudio Aaprile, donde no falta detalle, incluso en los cuartos de baño; pero con la tendencia actual de no poner manteles, advertidos estáis los remilgosos.

Puedes elegir entre dos menús:  Raíz; a base de snacks, 8 platos, 2 postres, petit fours por 55 euros y Árbore; a base de 12 platos, 3 postres por 70 euros.

La bodega, consta de diversas referencias muy bien seleccionadas, elegimos el maridaje por copa con el menú Raíz, lo cual fue un verdadero acierto.

El tipo de cocina, diría yo que de todo un poco, cocina de mercado, pero sobre todo destaco las técnicas innovadoras que utiliza que le dan ese toque especial.

“Me baso en el guiso de pimientitos, en la patata, el caldo de las nécoras, el jugo de la centolla… Porque eso es lo rico”

Comenzamos con los snacks, la mantequilla de mejillón y chorizo, espectacular por su cremosidad y sabor; la aceituna en esferificación  acompañada de gin fizz, «esto promete, y mucho”  lo acompañados de cava y cervecita.

Continuamos con el crujiente de marisco y algas; un buñuelo de marisco con una especie de alga en fina tempura maridado con un albariño Quinta de la Erre, D.ORías Baixas,  cítrico, frutal e intenso.

Atención a los diversos panes: gallego, de centeno y de chorizo; crean adicción, me quedo con el primero…

Los conos de albahaca, tomate y el parmesano; una especie de quesadilla mexicana crujiente abierta y rellena, muy logradas las técnicas y los diversos sabores, continuamos con el buñuelo de bacalao, luego los bocadillos de atún ahumado, alga nori y wakame caramelizado y guacamole, sabores a la mar en intensidad  y los divertidos tacos de ensalada César con chips. Destacan las fusiones, esferificaciones, trampantojos y diversas técnicas elaboradas.

El tartar de calamar con helado de limón ahumado, fresco  y llegamos a uno de sus platos estrella: «la cereza se cayó del árbol«, trampantojo  de foie relleno de puré de cereza con un fondo de albahaca , muy logrado y muy sabroso.

La navaja, pil pil de merluza con pimientos del Padrón, haciendo honor a los productos de la tierra, honestamente fue el plato menos conseguido en nuestra opinión.

Cambiamos al  Son de arriero 2015  D.O Ribeiro que con el mejillón con pimentón, una conjunción perfecta, seguimos con las habas con plancton marino y cigalas;  sabores muy contrastados, las cocochas de bacalao con salsa de frambuesa y yuzu, fue otro de los platos más sorprendentes por el contraste tanto en texturas, como en sabores.

Pasamos al tinto Silice, perfecto para acompañar el mollete de gallo asado con jugo de  percebes y gambas más contundente.

El dumpling de anguila con jugo de ibéricos y alga wakame, sorprendente junto con el Mencía Gaba do Xil, D.O. Valdeorras y la ventrisca de atún con guisantes, producto 100%.

Desde luego a estos sitios debes ir con tiempo y paciencia, aproximadamente estarás unas tres horas paladeando gustosos bocados que permanecerán el recuerdo, para siempre…

Hago mención al maridaje por copa, que no suele ser tan completo y selecto, casi todos vinos de la tierra gallega, acertados en cada plato.

Llegamos a la ronda de lo dulce, la gelatina de vermut, sorbete de mandarina, crema de albahaca, chocolate blanco y piña confitada, un postre fresco con notas ácidas para refrescar el paladar  y  el helado de mora y vino tinto con bizcocho de chocolate, frambuesa y crema chantilly.

Cafés bien merecidos y los petit fours del maestro repostero Javier,  «postre financiero«-  galleta de mantequilla al estilo francés- chocolate blanco con yogurt, canelé; dulce de Burdeos, bombón de mascarpone y cacao con sal para finalizar; bocaditos muy trabajados.

Sin duda, fue una experiencia inolvidable, nota muy alta a las distintas técnicas del chef Luis Veira, y a la bodega- algo imprescindible- el servicio podría ser mejorable y un diez a la compañía.

  • El ticket fue de 67 euros por persona.

Sitio para volver y recomendar!

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2 comentarios

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