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Place Rouppe 23, Bruselas
Generaciones con estrellas
La historia de Comme Chez Soi tiene una trayectoria de casi 90 años que se ha mantenido de generación en generación; fue inaugurado en el año 1926 por Georges Cuvelier, suegro de Louis Wynants.
En el año 1960, Pierre Wynants, obtiene la primera Michelín, hasta conseguir la tercera en 1979, la cual mantuvo durante décadas.
Al cambiar de chef, a su yerno Lionel Rigolet, le retiran una estrella en el año 2006, pero mantiene dos estrellas, desde entonces.
El local es elegante y sobrio, una casa art nouveau de Victor Horta, ubicado en el centro de Bruselas con mesas algo incómodas y bastante justas.
Figuran fotos de grandes personajes internacionales, tanto de la música, del cine y arte, que han compartido mantel.
Comme chez Soi, fue un referente
Dispone de tres espacios, el comedor en la planta central, la planta baja comedor privado y la opción de la mesa en la cocina, donde podrás ver en directo cómo elaboran los platos.
El chef ofrece la experiencia personal de la demostración para 10 personas y menú de 6 pases por 350 euros, bebida incluida.
El ambiente es bastante serio y poco cercano, la bodega es fantástica e impactante, pero los precios son exorbitantes, algunas alcanzan los 20, 000 euros.
24,000 referencias en bodega
Puedes elegir a la carta, que no te lo aconsejo porque es un 40 % más costoso o por menús, ya sea del día, a base de 3 platos por 65 euros sin bebida.
Solamente por semana con 4 fórmulas, por 99 euros y con maridaje 148 euros, así como de menús de 5, 6 ó 7 pases, desde 150 hasta 231 sin maridaje y el suplemento del mismo que lo incremento sobre unos 70 u 80 euros.
Posiblemente nuestra elección no haya sido la indicada de 6 pases por la noche; pero la pega es que menú más corto incluía platos que no eran de nuestro agrado, demasiado carnívoro y poco variado.
Elegimos nuestro maridaje por copa, comenzamos con champagne a 15 eurazos la copa, no os puedo decir cuál era porque el camarero evitaba enseñarme la botella.
Los aperitivos a base de pan chino con notas cítricas y pescado, una especie de totopo con tomate y pimiento.
El siguiente entrante, te recordará a Grecia por sus sabores a yogurt, pepino, por otro lado un salpicón de pulpo y en un vaso una sopa templada con sabor a lemon grass.
El primer pase, salmonetes con mantequilla de limón verde, cardamomo, vegetales al dente, fantásticos con un toque de kalamansi, es una fruta cítrica con sabor entre pomelo y lima, perfecto punto del pescado.
Lo acompañamos con vino casa de Passarella, 2017 descoberta, Portugal.
Continuamos con el bacalao con salsa a base de semillas de hinojo, coco, champiñones, erizos de mar, coco y alubias; diversidad de sabores que pierden la esencia del producto.
Y el plato estrella, la langosta con pan breton, con guarnición de verduras, algo habitual en este sitio, pero muy bien elaboradas, brócoli, fumet de carne, curry, bígaros, tocino, apio y hierbas aromáticas, fantástico!
Original plato, a base de cabracho, elaborado con una salsa de cerveza artesana Bertinchamps, jengibre, alcachofas, rábano, la salsa adquiere un sabor muy particular y sabroso.
De postre, la mousse de fresa y frutos de la pasión con menta y chocolate blanco, tarta de litchi y bálsamo de limón, ligero sabor ácido, perfecto para cambiar el sabor de boca.
Y por último, postre donde la base es de chocolate blanco con fresas, galletas de chocolate amargo y crema de canela.
Acompañado de vino blanco Domaine Vincent Carême, Vouvray, tendre 2015, Francia y champagne.
Petir fours, macaron muy dulce relleno de fruta, y una bolita sabor a waffle.
No nos ofrecieron ni cafés, ni digestivos, lo cual me sorprende, siento muchas carencias en el servicio, no siendo un sitio económico y presumiendo de sus dos estrellas.
El ticket fue de 245 euros pp,
Las raciones con bastante abundantes, la cocina elegante y bien elaborada con buena presentación.